Doble limpieza facial: la técnica coreana para tener una piel perfecta

Doble limpieza facial: la técnica coreana para tener una piel perfecta

Lavarse la cara parece fácil: frotarla con un limpiador de tu elección, aclararla y ¡listo! Pero en realidad no es tan sencillo.

Si quieres mantener tu piel sana, tranquila y luminosa, tienes que probar la doble limpieza.

Popularizada por la famosa rutina coreana de cuidado de la piel de varios pasos, la doble limpieza se promociona como la forma más rápida de conseguir una piel profundamente limpia, suave y radiante.

Y a diferencia de algunos de los pasos más laboriosos del cuidado de la piel y de los complicados tratamientos cosméticos, la doble limpieza no podría ser más fácil.

Esencialmente, es exactamente lo que parece: un proceso de dos pasos para quitar el maquillaje y limpiar profundamente la piel.

Pero, por supuesto, implica tipos específicos de productos en un cierto orden -muy parecido a la rutina coreana de 10 pasos para el cuidado de la piel-.

Así que a continuación voy a explicarte detalladamente en qué consiste, cómo deberías hacerla, con qué productos y qué pieles se pueden beneficiar de la doble limpieza.

¿Qué es la doble limpieza?

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La doble limpieza es el método de limpiar la piel dos veces.

¿Por qué dos veces? Para asegurarnos de que eliminamos hasta la última partícula de maquillaje, suciedad y contaminación al final del día, de modo que mientras dormimos, la piel es capaz de regenerarse eficazmente, algo fundamental para conseguir una tez radiante.

Si ya estás acostumbrada a retirar el maquillaje antes de lavarte la cara, tienes la mitad del camino hecho.

La mayoría de los expertos recomiendan comenzar con un producto oleoso como un aceite o bálsamo limpiador, algo con mucho deslizamiento que disuelva fácilmente los residuos, y luego seguir con un limpiador más tradicional a base de agua para terminar el trabajo.

Lo más importante es que no uses productos de limpieza agresivos.

Para aquellos que encuentran el limpiador de espuma demasiado duro o quieren evitar un limpiador a base de aceite, es posible usar el mismo producto dos veces en la limpieza doble.

¿Qué pieles deberían hacer una doble limpieza?

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Seguramente cualquier tez se beneficiaría de hacer una limpieza más profunda.

Pero sobre todo es necesaria para quienes usan maquillaje, especialmente maquillaje resistente o filtros solares tintados; y un protector solar de base mineral -aquellos con ingredientes activos como el dióxido de titanio y/o el óxido de zinc-.

A largo plazo, deberías notar menos acné y una tez más sana en general.

Yo solo hago la doble limpieza por la noche y normalmente solo cuando llevo maquillaje o cuando me he puesto protección solar, aunque algunos expertos dicen que deberías probar una limpieza de dos pasos al menos una vez al día, independientemente de la cantidad de productos que tengas en la cara.

Como con cualquier régimen de cuidado de la piel, necesitas encontrar lo que te viene bien a ti.

Cómo hacer la doble limpieza

Paso uno: La primera limpieza

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El primer paso es retirar el maquillaje, lo que probablemente ya haces la mayoría de las noches (¿verdad?).

La idea aquí es usar productos con base de aceite, por ejemplo, un aceite limpiador o un bálsamo de limpieza.

El agua micelar es también uno de los favoritos, especialmente para quitar el maquillaje de los ojos.

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Este limpiador oleoso tiene la función de adherirse a las impurezas, el exceso de grasa, la suciedad, y los pigmentos del maquillaje y eliminarlos en la primera pasada para que el segundo limpiador pueda hacer su trabajo correctamente.

No importa si tu piel es grasa, el limpiador oleoso no va a aportar más aceite a tu cutis, al contrario, es perfecto para eliminar ese exceso de sebo que genera tu cutis.

A diferencia de los aceites puros, los aceites de limpieza modernos contienen emulsionantes. Esto permite que el aceite se mezcle con agua y forme una emulsión lechosa, lo que facilita el enjuague de la piel en lugar de dejar un residuo graso como pueden hacer los aceites puros.

La clave es seleccionar un limpiador oleoso que emulsione bien cuando se le añade agua, eliminando el aceite de la piel sin dejar una película, sin resecar tu piel, y sin irritar los ojos.

Si no te gusta la sensación que te deja, también puedes recurrir a un agua micelar, que deja la piel fresca y limpia también.

¿Cómo usarlo?

Aplica una pequeña cantidad de aceite en la palma de la mano y frótala suavemente contra todo el rostro, abarcando frente, mejillas, nariz, mentón, labios y alrededor de los ojos. También el cuello si llevas maquillaje.

La zona del párpado y el contorno del ojo hay que trabajarla con mucha suavidad, ya que es una piel muy delicada y puede desarrollar arrugas con facilidad. Insiste más en los párpados si llevas maquillaje de ojos.

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Masajea suavemente el cutis durante 30 segundos para aflojar los pigmentos más resistentes, añade un poco de agua para emulsionar el aceite y aclara con abundante agua.

Si utilizas un bálsamo de limpieza, primero debes trabajar el producto en tus manos, pues el bálsamo suele estar sólido a temperatura ambiente, pero se vuelve líquido si lo trabajas.

Aplícalo por toda la cara de igual forma que el aceite, y en vez de retirarlo con agua, utiliza un paño de muselina que es más suave y eficiente.

Algunos bálsamos limpiadores vienen con sus propios paños específicos para este propósito, pero los puedes comprar también por separado.

El agua micelar se aplica de forma diferente, aunque también es muy fácil trabajar con ella.

Simplemente tienes que empapar un disco o bola de algodón con la solución micelar, y pasarlo suavemente por todo el rostro.

Verás que el algodón se tiñe de los pigmentos del maquillaje, así que tienes que continuar este proceso, utilizando diferentes algodones, hasta que el algodón salga completamente limpio.

Paso dos: La segunda limpieza

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Ahora que te has quitado el maquillaje, vamos a eliminar cualquier residuo que permanezca todavía en la epidermis y limpiar profundamente los poros.

Durante este paso, en lugar de usar productos agresivos, deberías usar limpiadores suaves a base de agua adecuados para tu tipo de piel.

Busca limpiadores en espuma o gel con fórmulas que sean nutritivas y que no resequen el cutis ni lo dejen tirante.

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Presta atención también al nivel de pH -no es el único factor determinante de un buen limpiador, pero puede ser un buen indicador de cuán seca estará tu piel después de usarlo-.

Un pH de 6 es generalmente universal y bueno para todos los tipos de piel. Cualquier cosa más baja será mejor para los tipos de piel seca a normal, y cualquier cosa más alta de 6 será adecuada para los tipos de piel mixta y grasa.

¿Cómo usarlo?

Con la cara húmeda de la anterior limpieza, masajea el limpiador por todo el rostro durante 1 minuto. Después aclara con abundante agua y seca con una toalla o tissue.

¡Viola! Ya tienes una cara perfectamente limpia. Realmente es así de simple y puede marcar la diferencia entre una piel opaca y con brotes, y una en óptimas condiciones.

Ahora eres libre de seguir con tu rutina de cuidado de la piel. De hecho, es altamente recomendable, pues con la piel perfectamente limpia los activos que le pongas a continuación penetrarán mejor y serán más eficientes.

Beneficios de la doble limpieza

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  • Previene los brotes de acné: La doble limpieza asegura que tu tez está completamente libre de suciedad, contaminación, maquillaje e impurezas, y te vas a la cama con la piel desnuda. Como el maquillaje y la grasa residuales pueden obstruir los poros y causar espinillas, la doble limpieza puede prevenir los brotes de manera efectiva.
  • Es más suave para el cutis: La doble limpieza permite retirar el maquillaje usando productos menos agresivos, lo que es bueno para los tipos de piel sensibles. Mejor aún, el uso de un limpiador a base de aceite en primer lugar ayuda a tu piel a retener su humedad natural.
  • Disuelve el maquillaje: Tu piel necesita lidiar con el maquillaje, la suciedad del aire e incluso los contaminantes ambientales todos los días. La doble limpieza garantiza que todo eso salga de tu piel.
  • Mejora la eficacia de tus productos para el cuidado de la piel: Después de la doble limpieza, tu piel estará limpia y la absorción de los cosméticos después de la limpieza puede ser mejor y más efectiva.

Yo ya he descubierto la doble limpieza, y no pienso dejarla. No puedo estar más contenta con los resultados. Y tú, ¿ya la has probado?

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